Esto es lo que dicen de mí las personas que han trabajado conmigo

De Irene, destacaría su sencillez a la hora de naturalizar una Espiritualidad sencilla y del día a día, al alcance de todos. Su escucha sin juicios, tan importante para la apertura y el crecimiento reales. Su Integración de las tan diferentes personas que nos cruzamos en su camino, y de las tantas herramientas, perspectivas y vivencias que se experimentan en este viaje.
Pero, sobre todo, su Amor Incondicional por todos los seres vivos y formas de vida; algo que me ayudó a inspirarme para, cada día, cuidar de forma real, y desde mi responsabilidad personal, la Naturaleza y de todos los seres que la conforman. (Zulema, Madrid)

El Yoga me ha ayudado sobre todo en mi día a día a hacer Yoga mental. Todo el aprendizaje que tengo con Irene… estoy súper satisfecha. Con el Yoga tengo una flexibilidad que no tenía antes, pero prefiero ser más flexible mental y espiritualmente que corporalmente. Con Irene tenemos la mejor maestra, lo hace todo muy sencillo, te dice una serie de cosas que te hacen reflexionar… y todo englobado, aunque las clases sean online… estoy súper satisfecha. Os diría que lo probéis, que tengáis paciencia, y que cuando esperas pocos resultados, consigues mucho. (Carmen, Madrid)

¿Qué es lo que destacarías de trabajar conmigo?

  • Todo lo que aportas de una forma sencilla y sin marcar grandes objetivos para no llegar a la frustración, y a la vez ir llevándonos a alcanzar los objetivos. (Esther, Madrid)
  • Poder ser yo sin sentirme juzgada y sentirme como en casa, acompañada y apoyada… (Virginia, Asturias)
  • Tu sentido de la responsabilidad, ayuda y compromiso en todo lo que haces. (Natalia, Vigo)
  • Naturalidad y sencillez al explicar contenidos o hacer prácticas. (Marta, Valencia)
  • Cercanía, mensaje claro y directo, empatía, ayuda. (Eva, Madrid)
  • La empatía y el conocimiento de lo que enseñas. (María, Madrid)
  • La facilidad y la impecabilidad. Ofreces una visión profunda e integradora como maestra. Todas las personas que estamos en tu entorno y las que lleguen a estar, estamos contagiadas y beneficiadas de esta hermosa energía y de esta luminosa vitalidad. (Mafo, Madrid)
  • Tu naturalidad y cercanía. (Nieves, España)
  • Tu cercanía y claridad. (Anónimo)
  • Tu profesionalidad. (Laura, Madrid)
  • Lo bien que explicas temas complejos y tu cercanía y actitud de ayuda. (Digna María, Polonia)
  • El amor y el corazón que le pones a todo lo que haces, tu predisposición para ayudar a l@s demás desde una visión sencilla, serena, conciliadora y sincera. (Zaida, Sevilla)

Agradecimientos que recibo…

  • Gracias Irene, te admiro y eres todo un ejemplo de lucha y de superación (…) Gracias por todo lo que compartes, a mí me estás ayudando mucho, estoy pasando por tiempos complicados. (Elena, Madrid)
  • De nuevo quiero darte las gracias por este fantástico año de yoga online (…) me encantan tus clases, me encanta todo lo que nos cuentas alrededor de la práctica y que siento como una terapia para aprender a cuidarme, valorarme y respetarme más a mí misma. (…) Gracias por estar ahí. (Gema, Madrid)
  •  Muchas gracias por este curso, Irene, y por el cariño que le pones a lo que haces (…)
  • Me sentí (y me siento) muy afortunada y agradecida, a ti y al universo porque nos haya cruzado los caminos, la verdad 🙂 Para mí has sido y eres una luz de guía en este camino de autoconocimiento, y aún con mis subidas y bajadas, siento que gracias a todo lo que tú y este proceso me aportáis, también me siento empoderada como para, entre otras cosas, permitirme adoptar otra mirada, aceptar otras realidades y aprender a aceptarme a mí misma. (Zaida, Sevilla)

Sobre mis cursos y mi programa de Reiki…

Busqué en Internet y encontré a Irene, que yo creo que estábamos predestinadas. Lo hizo todo muy fácil, porque cuando no conoces este tipo de cosas todo te da como mucho miedo o escepticismo… Irene lo facilitó todo, es muy amable, te lo explica todo muy bien… es como mágico. Empecé a ir con ella, empecé a probarlo, y me cambió la vida… Concibes la vida de otra manera, Reiki te relaja, con este estrés que tenemos continuamente, viene súper bien. Yo animaría a que, por lo menos una vez en la vida, lo probaras, y luego ya tú decides si el Reiki te gusta o no te gusta. (Raquel, Madrid)

Sobre mis clases de Yoga…

Hola, mi nombre es Esther y llevo 8 años practicando yoga, 5 de ellos con Irene. Empecé a practicar Yoga por que siempre tenía dolor de espalda y mi fisio me lo recomendó.

 

En el plano físico enseguida noté los beneficios, se me quitó el dolor con los estiramientos, tenia más flexibilidad y más fuerza.

 

Pero hay algo más, los beneficios mentales o psíquicos, estos los notas de una forma más sutil. Notas que después de cada clase te sientes mejor, notas un bienestar general y eso es lo que a mi me engancha del yoga, el sentirme bien.

 

Pero en todo esto juega un papel muy importante el profesor, y quiero aprovechar para dar las gracias a Irene, por su empatía, su buen humor, ella sabe hacer las clases fáciles y sin que tengas ningún sentimiento de frustración, en todas sus clases aprendo algo nuevo de mi misma, de mi cuerpo, incluso en momentos difíciles como este año donde hemos tenido que pasarnos a las clases online Irene nos ha hecho sentir que estábamos tod@s en la misma sala creando ese ambiente que se crea en las clases de yoga, por todo esto sigo y seguiré practicando yoga.

 

Gracias Irene.

(Esther, Madrid)

Tras una vida lidiando con esa energía que pensaba  «tenía de más» con deportes de impacto, energía que no me dejaba ni concentrarme ni estar dónde estaba, la vida me situó en Gangadhara Yoga y ahí comenzó mi cambio personal.

Borja sin darse cuenta, con sus clases de Hatha hacía que cada día me encontrase mejor y que las clases de Yoga fueran, también fuera de la sala, una especie de salvación. Mis hábitos y autocuidados tanto mentales y físicos han cambiado, siendo todo una rueda de bienestar en el que te encuentras inmersa, con un cuerpo muy agradecido por ello. 

 
 
Desde hace más de un año, a consecuencia de la llegada de la pandemia, las clases presenciales fueron sustituidas a online con Irene, y aunque no sabía en un principio si serían igual de efectivas por estar frente a  un ordenador, curiosamente tiene aspectos muy positivos: no tengo distracciones, conecto igual conmigo misma, me preparo la habitación con velas y aromas a mi gusto, no pierdo tiempo en el desplazamiento y además siempre sus reflexiones y comentarios al principio de la sesión, que se convierten en pequeñas charlas de grupo, hacen que no me sienta sola en mi clase.  
 
 
Las clases son muy dinámicas y divertidas e Irene siempre da alguna sorpresa aportando cambios y novedades, además de exigentes, pues aunque mucha gente no lo crea, el Yoga requiere esfuerzo físico y estos esfuerzos también son visibles en el cuerpo.  El yoga me aporta serenidad también fuera de la esterilla y aunque el trabajo personal va más allá del yoga, es uno de los mejores antídotos para comenzar un cambio personal y canalizar la energía de manera saludable.
 
(Marta, Madrid)
El nuevo gran capítulo en mi relación con el yoga ha sido la experiencia online.
 
La razón para empezar a hacer las clases online la conocemos todos. Es importante recalcar aquí que para todos fue un cambio de chip tremendo, para el profesor/ la profesora y para la alumna o alumno. Un cambio de chip que además venía obligado por una situación desagradable, incómoda y que podía incluso producir miedos y ansiedad. Un cambio que no fue buscado, aunque pudiese tener felices coincidencias, pero hay que entender que podía haber alumnos que sintieran rechazo por este nuevo medio.
 
Ya lo dije en su día, pero hay que volver a recalcarlo: de la noche a la mañana os adaptasteis, hicisteis el cambio a las clases online, canales de información, métodos de pago, horarios, etc. Eso hay que valorarlo y apreciarlo. Yo os estoy profundamente agradecida por ello. En los meses de confinamiento absoluto, las clases online han sido para mí simplemente una salvación. Y seguro que para muchas otras personas también. No quiero decir que no notase la diferencia a estar en una clase física, sería casi irrespetuoso, pero como ya nos conocíamos personalmente, el cambio al online fue, al menos para mí, sencillo y fluido. Además, como los dos explicáis muy muy bien cada asana y cada ejercicio, no sentía ninguna falta de nada. El hecho de que no nos podáis dar indicaciones personales puede ser una pena (que se podría solucionar con cámara, pero eso tiene sus dificultades técnicas y espaciales). Pero por otro lado, el hecho de que nadie te vea, ni la profesora ni los compañeros, te quita un elemento de distracción, estás tú, contigo misma, con tu cuerpo y tu mente y con nada más. No tienes que ser nadie frente a nadie, sólo frente a ti. Y creo que eso le ha dado una nueva dimensión a mi manera de entender el yoga.
 
¿Qué puedo decir sobre tus clases en concreto? ¡Sólo tengo alabanzas! Me encanta la estructura de la clase y la coherencia que le das siempre. Me encanta que seas capaz de adaptar la clase en un abrir y cerrar de ojos cuando al principio te expresamos que hace calor y que estamos con poquita energía… Me encanta lo increíblemente bien que explicas cada paso, las advertencias que das. Me encanta ese valor añadido que le das a la clase, intentando que podamos tener una experiencia positiva a muchos niveles y que a mí, sin duda, me sirve para conocerme mejor. Me encanta cuando nos animas a querernos cómo somos, físca- y emocionalmente. Me encanta sentir que lo que me llevo de la clase son «aprendizajes para la vida» y te admiro muchísimo por quien eres y el desarrollo que has tenido.
 
Realmente me parece un absoluto privilegio poder tenerte como profesora online. Está la parte de grupo, que no se pierde, pero de alguna manera hay a veces una sensación del tú a tú, por estar solamente una misma viéndote y escuchándote a ti. Como si fuera una experiencia más íntima.
 
Este año y medio ha sido un año de encerrarse y de conocerse mejor, un año de revelaciones y nuevos descubrimientos. Y me faltan pasos por dar hacia una vida más plena y más feliz… Y ahora sé, que vaya donde vaya, podré llevarte conmigo y seguir disfrutando de tus clases (siempre y cuando sigas ofreciéndolas online!!)

(Ana, Madrid)

En cuanto a mi experiencia con las clases de yoga on line, cuando en marzo del año pasado se tuvieron que suspender las clases presenciales de yoga con Borja por la Covid, la verdad es que al principio me dio un poco de bajón porque yo necesito tener una disciplina, unos horarios fijos y una especie de obligación para realizar una actividad, y pensaba que en casa no iba a poder practicar igual, que me iba a dispersar o a poner cualquier excusa de alguna tarea doméstica o similar para no ponerme a ello; aparte de que siempre me han gustado más las clases presenciales, me parece que se siente otra energía y el apoyo del grupo cerca, aunque luego con el yoga cada un@ está centrad@ en sí mism@.
 
Afortunadamente me equivoqué y, pese a que los primeros meses de casi confinamiento total en casa me agobiaban bastante, lo cierto es que el yoga online me enganchó también y lo cierto es que tus clases eran tan cercanas y didácticas que practicaba casi a diario porque suponían mi principal aliciente para desconectar de la situación, relajarme y seguir haciendo una actividad que me resulta muy beneficiosa a todos los niveles y sin la cual siento que me falta algo. Siempre digo que para mí el yoga ha sido y sigue siendo mi tabla de salvación frente a mis fantasmas y temores, que gracias a ello mantengo cierta cordura mental y emocional pese a todos los problemas que me rodean y que además es la actividad que me permite mantenerme físicamente mucho mejor de lo que pensaba al pasar los años.
 
Practicar online tiene sus ventajas e inconvenientes, claro. Como aspectos positivos destacaría, aparte lógicamente de poder dar las clases sin mascarilla, lo que facilita enormemente la respiración y permite más practicar distintos tipos de pranayama, la comodidad de poder conectarte en el último momento sin las prisas de llegar a casa, cambiarte y salir hacia el centro (ya que en mi caso suelo disponer de poco tiempo normalmente y a veces llegaba un poco estresada ya y me costaba un buen rato «aterrizar», centrarme y concentrarme), de poder hacer las posturas más a tu ritmo y aflojar o cambiar algunas si ese día estás más cansada o anquilosada sin la vergüenza de que alguien te vea, y quizá lo más importante y sorprendente para mí ha sido descubrir que la casa (yo que soy bastante poco «doméstica») también puede ser un lugar idóneo para relajarse, desconectar y encontrarse a gusto y en paz practicando una actividad que siempre asociaba a algo que había que hacer en el exterior. También creo que se ha formado un grupo bastante majo y podemos comentar alguna cuestión antes y después de la clase, aunque sea mínimamente y eso crea cierta complicidad muy agradable. Luego me parece estupendo que nos hayáis ofrecido la posibilidad de poder hacer la clase en diferido, o contar con la biblioteca en mi caso, si un día no puedes llegar a la hora, ya que te permite no perder esa práctica y que puedas elegir otro día o momento más idóneo después para hacerla.
 
Lo único que se echa un poco en falta a veces es la posibilidad de que nos podáis corregir alguna postura o asana, aunque al verte a ti hacerlas también a la vez puedes fijarte y de todas formas las indicaciones que nos das son siempre muy claras y sencillas. Luego, a nivel personal, está que el espacio con el que cuento en casa es menos amplio que en el centro y tengo que tener cuidado con no darme con algún mueble en ciertas posturas y que a veces hay ruidos que me descentran un poco, pero todo más llevadero que lo que pensaba inicialmente y, además, me doy cuenta cada vez más que el yoga también contribuye a que nos flexibilicemos a nivel mental y que aceptemos mejor (no que nos resignemos, que me acuerdo que nos dijiste que no tenía la misma significación) las situaciones o inconvenientes que se nos presentan.
 
Para finalizar no quería despedirme sin agradeceros nuevamente a ti y a Borja las facilidades que nos habéis dado para seguir con las clases en este año y medio tan difícil para todos, el acompañamiento y las clases durante todo este tiempo, que espero seguir compartiendo y disfrutando durante muchos, muchos años más.
 
(Gema, Madrid)