Para hacer un abordaje integral de aromaterapia y bienestar, tenemos antes que definir qué es para ti «BIENESTAR». ¿Sabes cómo te ayuda la aromaterapia a sentirte bien a nivel físico, emocional y espiritual?
Quizá este término sea tan genérico y tan utilizado que se nos haya olvidado un poco qué es realmente el bienestar, ¿te lo has preguntado alguna vez? Para mí, el bienestar tiene muchas caras, más allá de la salud. Porque a veces estamos sanas, pero no acabamos de sentirnos del todo bien.
Podríamos hablar de lo más básico, la ausencia de dolor físico y emocional, y de lo más sutil, la sensación de autorrealización, plenitud, felicidad, libertad…
Entonces, ¿cómo abordar de forma integral el bienestar? ¿Qué papel juegan los aceites esenciales naturales en todo esto?
Hoy hablamos de aromaterapia y bienestar, pero antes de empezar, quiero recordarte que si quieres aprender cómo la aromaterapia puede ayudarte a mantener y mejorar tu salud física y emocional, puedes apuntarte aquí a una clase gratuita de introducción al uso de los aceites esenciales y la recibirás directamente en tu email.
Ahora sí, empezamos.

1. Nutrición.
Para sentirnos bien, tenemos que comer bien. No te desvelo ningún misterio si te digo que la base del bienestar es una dieta sana y equilibrada, prescindiendo de ultraprocesados, productos refinados, azúcares y tóxicos como el alcohol (y el tabaco).
También podríamos hablar de otro tipo de nutrición, considerándola de forma holística: desde los libros que lees, las conversaciones que mantienes, el aire que respiras y las actividades que realizas en tu día a día. ¿Te sientes bien nutrida tanto a nivel físico como mental y emocional? ¿Prestas atención a la nutrición del alma, con actividades que te inspiren, te permitan desarrollar tu creatividad y te pongan el corazón contento?
Hablar de aromaterapia y bienestar es también hablar de suplementos con base de aceites esenciales, que pueden ser muy buen apoyo a tu salud física, ¿lo sabías?
2. Movimiento.
Puedes tener una nutrición perfecta, pero si no te mueves, no vas a sentirte bien, y ni tu cuerpo ni tu mente van a estar saludables. Ojo, no se trata tampoco de machacarse en el gimnasio. Simplemente caminar puede hacer la diferencia.
La actividad física nos ayuda a segregar una gran diversidad de sustancias que nos ayudan a sentirnos bien, como dopamina, serotonina y oxitocina, los neurotransmisores del placer y la felicidad.
Uno de los grandes causantes de la mayoría de problemas de salud de la sociedad occidental es el sedentarismo. Por eso, es fundamental que dediques parte de tu tiempo a moverte, a caminar, bailar, practicar yoga o cualquier actividad física que te guste y puedas hacer con constancia.
Puedes apoyarte en la aromaterapia si lo que te falta es motivación para hacer ejercicio, o para aliviar molestias musculares después de hacer deporte.
3. Descanso y gestión del estrés.
Ay amigas. Si me dieran un euro cada vez que este año he escuchado «no me da la vida»… Un error muy frecuente para gestionar el estrés es quitarnos horas de sueño para terminar de hacer las tareas pendientes.
Si no descansas el tiempo suficiente, estás quitándole al cuerpo la oportunidad de recargar sus baterías, de reparar los tejidos, de rehacer estructuras… Seguramente al día siguiente tengas menos paciencia y estés de peor humor, más irritable.
El estrés crónico es la causa subyacente en infinidad de problemas de salud y desequilibrios en los sistemas corporales: problemas inmunitarios y hormonales, infertilidad, problemas respiratorios y de piel, ansiedad, depresión, envejecimiento prematuro… La lista es interminable.
Otro error muy frecuente que veo a la hora de gestionar el estrés es llevar a cabo actividades demasiado intensas y explosivas, con la falsa creencia de que nos ayudan a «descargar» y a liberar energía, pero que, en realidad, están llevando a nuestros sistemas al límite del desgaste.
Respecto a la aromaterapia para la gestión del estrés, tengo una clase específica que puedes encontrar aquí.
4. Reducción de la carga tóxica.
¿Sabes la cantidad de sustancias peligrosas entran en nuestro sistema a través de los cosméticos, los productos de higiene diaria y los de limpieza? Es demencial. Muchas de estas sustancias son disruptoras del sistema endocrino, es decir, alteran el funcionamiento del sistema hormonal.
Un buen propósito para este año que empieza sería reducir la carga tóxica de nuestros hogares. Puedes aprender cómo elaborar tus propios cosméticos, tus productos de limpieza y cómo depurar el aire que respiras con aceites esenciales naturales, por ejemplo. Es una forma muy sencilla (y ecológica) de sustituir los químicos en todos los productos que usas para estos fines. Lo vas a agradecer, y el medio ambiente, también.
5. Autocuidado.
Hablar de aromaterapia y bienestar es hablar de autocuidado. Dedica un tiempo diario a cuidarte. No se trata de ir a un spa cada sábado, se trata de hacer un poquito de yoga, de meditación, de sentarte en silencio, de darte un masaje en los pies por la noche o una ducha un pelín más larga de lo habitual. Da igual lo que elijas, pero haz algo que te ayude a sentirte bien, algo que disfrutes.
Podría decirte esto de que «tienes que cuidarte para poder cuidar a los demás», pero me parece una trampa más. Tienes que cuidarte porque te lo mereces, porque tienes derecho, y por pura dignidad. Tienes que cuidarte porque eres un ser humano con necesidades y deseos que tienes derecho a ver cubiertos. ¿Que tu entorno lo agradecerá? Seguramente. Pero eso viene después.
Los aceites esenciales juegan un papel muy importante en este aspecto, ya que nos ayudan a tener experiencias de intenso bienestar. Es muy agradable darte un masaje en los pies con una crema elaborada con aceites, es muy agradable poder atender tus emociones con aceites, y muy agradable utilizarlos cada día como parte de tus rutinas.
6. Gestión emocional.
Un aspecto muy importante a la hora de hablar de bienestar es considerar la relación entre aromaterapia y bienestar emocional. La inteligencia emocional y la gestión de nuestros estados de ánimo son vitales para tener una vida más feliz y plena, para sentirnos bien. El uso de aceites esenciales puede ser un recurso clave en este aspecto.
Es fundamental aprender herramientas que nos ayuden a gestionar las emociones para tener una buena salud mental y emocional. En este aspecto, la aromaterapia es una de las herramientas más potentes que existen, puesto que el olfato está directamente conectado al sistema límbico, responsable de las emociones.
Los aceites esenciales son compuestos volátiles extraídos de diferentes partes y especies de plantas, que potencian y concentran las propiedades de éstas. Una sola gota de aceite esencial de camomila romana, por ejemplo, puede ser suficiente para relajarnos y calmarnos en cuestión de segundos. Otros aceites tienen propiedades edificantes, que nos ayudan a subir el ánimo, otros nos pueden ayudar a concentrarnos y despejar la mente, otros a darnos sensación de seguridad, confianza, armonía y equilibrio.
7. Relaciones sociales satisfactorias.
Somos seres sociales e interdependientes, de eso no hay duda. Por eso, tener relaciones sanas, equilibradas y satisfactorias es básico para mantener la salud mental y emocional. Una de las necesidades básicas de las personas es la necesidad de afiliación y de reconocimiento. Sentir que pertenecemos a un grupo y que se nos quiere y valora son claves para la autoestima, y, por lo tanto, para la salud mental y emocional y el bienestar.
Ojo, no tienen por qué ser relaciones muy numerosas necesariamente, si eres una persona introvertida como yo, quizá te resulte suficiente el contacto diario con una o dos personas muy allegadas y de vez en cuando abrir horizontes. Pero encerrarte en ti misma casi nunca es buena opción a nivel salud.
¿Cómo nos ayuda la aromaterapia en este aspecto? De una forma muy simple. El uso de aceites esenciales nos invita a conocernos mejor, a cuidarnos y a sentirnos bien a todos los niveles, y eso se refleja en una mejora de nuestra autoestima, lo que incide directamente en la calidad de nuestras relaciones sociales, que se vuelven más sanas y más satisfactorias. Podríamos hablar entonces de aromaterapia y bienestar social, ¿no?
8. Cuidado proactivo de la salud.
Me refiero con esto a que la responsabilidad de tu estado de salud y tu grado de bienestar es únicamente tuya. No de tu familia, no del personal sanitario, tuya.
Preocúpate por fortalecer tu sistema inmune, por descansar, por tomar el sol, por reducir los niveles de azúcar en tu organismo. Preocúpate de mantener tu salud con todos estos aspectos de los que venimos hablando y ve al médico cuando sea realmente necesario. La salud preventiva siempre SIEMPRE es la mejor opción. Y si no te convence la opinión de tu médic@, pide otra.
Los aceites esenciales, cuando son 100% puros y naturales, son uno de los mejores soportes a la salud física y emocional, no sólo por su efectividad sino por su facilidad de uso. Sólo hay que tener en cuenta ciertas precauciones para usarlos con total seguridad, e incorporarlos en nuestras rutinas.
Verás que para ciertas dolencias leves o menores, puedes ir prescindiendo de químicos y abordar el problema con estos maravillosos regalos de la naturaleza. Aromaterapia y bienestar van de la mano. Si necesitas asesoramiento en este aspecto, ponte en contacto conmigo y trataré de ayudarte.
9. Espiritualidad.
Es vital darle espacio en nuestra vida a la espiritualidad. Con esto me refiero básicamente al autoconocimiento.
Creo firmemente que desatender nuestra dimensión espiritual es un error. Seremos tanto más felices y nos sentiremos tanto más plenas cuanto mayor sea nuestro grado de autoconocimiento. Para vivir en coherencia con lo que somos, antes tenemos que saber qué y quién somos y quién no.
No nos olvidemos que una de las necesidades más elevadas del ser humano es la necesidad de autorrealización, y esto está directamente relacionado con la faceta espiritual. Una vez que hemos satisfecho las necesidades básicas de alimento, seguridad, afiliación y reconocimiento (o incluso a la vez), empezamos a descubrir que tenemos inquietudes más espirituales, relativas al sentido de nuestra vida, a nuestro propósito, a lo que queremos ofrecer al mundo.
Los aceites esenciales pueden ser un buen apoyo a este proceso de autodescubrimiento, ya que, además de tener incidencia a nivel físico (dada la química específica de cada aceite), los aceites tienen gran impacto en las emociones y, a un nivel más profundo, en nuestros cuerpos energético y espiritual. Por ejemplo, el aceite de Incienso nos ayuda a conectar con nuestra verdad, el aceite de Rosa con el amor incondicional, y el aceite de Melisa es conocido como el aceite de la luz.
Si te apetece conocer más sobre aromaterapia y bienestar espiritual, o incluso aprender cómo hacer un trabajo específico en este aspecto, ponte en contacto conmigo y te indico cómo yo lo hago.
Para terminar…
Como ves, los aceites esenciales pueden apoyar tu salud y tu bienestar en muchísimos aspectos (y seguro que me dejo algunos). Por eso, cuando me decís que no sabéis para qué usarlos, os digo… ¡para casi todo!
¿A cuál de estos factores de bienestar vas a prestar especial atención a partir de hoy mismo?
Recuerda que si quieres saber cómo la aromaterapia puede ayudarte, puedes apuntarte aquí a una clase gratuita de introducción al uso de los aceites esenciales y la recibirás directamente en tu email.
Y si quieres saber qué aceites son los que yo te recomiendo, echa un vistazo a esta página y los descubres por ti misma.
Un fuerte abrazo,
Irene.
2 comentarios