Una parte fundamental de todo trabajo de crecimiento personal es la meditación. Si no nos tomamos unos momentos de parada para sentirnos y observarnos, es muy difícil hacer avances… ¿cómo encontrar respuestas y soluciones si no conozco mi punto de partida, si no sé algo tan fundamental como «Cómo Estoy»?
Los que me conocéis un poco sabéis que no soy muy partidaria de las meditaciones guiadas en el sentido que se proponen a veces, con música y todo un escenario en el que se desarrolla un guión pre-establecido, puesto que acaban siendo ejercicios de visualización que tienen más que ver con la relajación y la abstracción que con la meditación propiamente dicha. ¿Quiere esto decir que no sirven para nada? En absoluto. Sirven para eso, para relajar, para crear y recrearse (que ya son razones de peso para practicarlas, seamos justos), o cualquier otro objetivo concreto que se proponga quien guíe la meditación. Pero, en mi opinión, la mayoría (que otras sí) no dejan mucho espacio para las tomas de conciencia a ciertos niveles, por lo que no nos servirían si lo que queremos es hacer un trabajo más profundo.
En este caso, lo que te propongo es un ejercicio de toma de conciencia de tu estado «Aquí y Ahora», empezando por el cuerpo físico y moviéndonos a través del energético para llegar al mental/emocional. Es un ejercicio breve que me gusta proponer, aunque no lo hago siempre, al inicio de mis clases de Yoga o en algunas consultas de TFI (especialmente cuando la respuesta a un «¿cómo estás?» o «¿cómo te sientes?» es un yermo «no sé», que con este ejercicio suele «fertilizarse»). También es útil para hacerla antes de cualquier práctica energética, por ejemplo, para centrarnos antes de una sesión de Reiki.
Espero que te sea útil y que saques muchas cosas provechosas de ella. Espero tus comentarios 🙂
Un abrazo,
Irene.
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